Pido decidir

UNA vez más, en los debates sobre soberanismo y constitucionalismo, parece haber un interés mal intencionado en quienes, simplificando la realidad de modo insultante para la inteligencia, denominan como nacionalista toda expresión favorable al derecho a decidir y, por supuesto, toda opción independentista. Sin embargo, somos cada vez más quienes no sintiéndonos nacionalistas estamos por el derecho a decidir y por la independencia. Sencillamente, nos sentimos nacional vascos y vascas, sin ser enemigos de nadie, pero decididos a que la democracia no nos niegue el derecho a formar una comunidad política propia en forma de Estado, si es posible por la vía del acuerdo con quienes piensan distinto e incluso con las instituciones y fuerzas política partidarias de la unidad que consagra la Constitución española.

No soy nacionalista. Nunca lo he sido. En realidad mi vida está ligada a un largo historial internacionalista. Siempre me ha interesado y he procurado practicar la solidaridad con pueblos y países lejanos, necesitados de ayuda para un desarrollo humano sostenible. No soy nacionalista, mucho menos tengo que ver con todo lo que esta palabra pueda tener de asociación con una visión egocéntrica y excluyente, si bien ha de reconocerse un nacionalismo democrático legítimo, respetable y solidario. Elijo mi lugar en el mundo como nacional vasco, porque así lo quiero y así lo siento. Mi identidad es vasca, nada más que vasca. De la misma manera que un ciudadano de Madrid, de León o de Salamanca puede sentirse español sin ser nacionalista. Es una cuestión vinculada al derecho de cada cual a sentirse según su preferencia, y al derecho democrático de elegir un proyecto político.

Puedo decir que tengo muchísimos amigos y amigas españolas, incluidos vínculos familiares, y que tengo un gran afecto a lugares y a personas del Estado español. Y este hecho es perfectamente coherente con mi opción por el derecho a decidir, por razones democráticas. No miro al pasado, ni mis razones están ligadas al esencialismo, ni a mitos, ni a una historia más o menos embellecida. Mis argumentos tienen que ver con la época que vivimos y con el futuro; tienen que ver con mi convicción de que la democracia real (que es mucho más que la formal) es mucho más realizable en una Euskadi cuyas instituciones son más reconocibles, cercanas y controlables, que en un Estado español en el que la democracia está cautiva de una clase política generalmente rancia, con signos predemocráticos preocupantes y en última instancia portadora de un nacionalismo español autoritario imposible de ocultar. Digo autoritario porque niega, incluso con amenazas, el derecho a decidir, única manera de dilucidar de forma civilizada, cordial y democrática, el peso real de cada opción política en Euskadi como en Catalunya.

En estos días, tras el tsunami político catalán, se han desatado públicamente desde las filas de la derecha española, advertencias agresivas, bravatas de reconquista (el ministro Wert llamando a españolizar Catalunya), amonestaciones hoscas, anuncios apocalípticos, y hasta avisos de apelar al artículo 8 de la Constitución. Desde las filas socialistas, palabras como las de Felipe González en Barakaldo, al afirmar que «no habrá independencia de ningún territorio de España», revelan un talante y una visión impositiva que menosprecia la libre decisión de la ciudadanía; parece hablarnos de la España eterna y rancia que cantan los poetas de la derecha. Todo un despliegue de cultura poco o nada democrática, propia de una clase política suspendida por la sociedad, bañada en la corrupción y que ha hecho de su ejercicio una profesión cuyo fin es servirse en lugar de servir. Sinceramente, con esta clase política de las dos españas, que pugna por el poder para sí, que es intelectualmente pobre, que vive instalada en la propaganda y el sectarismo, no quiero saber, no me interesa compartir un proyecto, no tengo ninguna empatía.

Indudablemente el auge del soberanismo en Catalunya está formado de variados componentes racionales y sentimentales. Que el señor Mas quiera esconder su gestión neoliberal de recortes tras la bandera de la autodeterminación, parece fuera de toda duda. Pero es incuestionable que incluso a pesar de CiU la marea soberanista es una realidad en la sociedad catalana, harta de una España que huele a pasado. Es cierto que esta marea está empujada en parte por la crisis. Y es legítimo. Pero se equivocan quienes quieren ver en ello algo puntual, pasajero. Lo que demuestra este hecho es que el deseo de soberanía no se acaba en el nacionalismo. No hace falta ser esto último para elegir una identidad como la catalana o la vasca y, en consecuencia, desear un Estado propio. Pero, además, es normal que la crisis sea un factor que impulse esta marea: las dos fuerzas políticas mayoritarias estatales han demostrado tal incompetencia para gestionarla, han mentido tanto, han mostrado tanta pleitesía a los poderes financieros, que es lógico, normal, higiénico, que mucha gente en Euskadi y Catalunya no quiera ser representada y mucho menos gobernada por sus cúpulas.

He dicho que razones democráticas son las que sobre todo inspiran mi posición soberanista. Soy consciente de que se trata de una posición que va a contra corriente de quienes predican las bondades intrínsecas de la globalización y de la pérdida de soberanía de los estados en el marco de la Unión Europea. La verdad es que hay mucho papanatismo en estos predicadores cuando apelan al miedo de quedarnos fuera de Europa. En realidad, la UE actual está en manos de lobbys financieros que golpean a los pueblos y a la democracia. La UE actual está destrozando el estado del bienestar. Yo, como mucha gente, queremos otra Unión Europa, otra globalización, lo que supone refundar desde abajo una nueva articulación política de una Europa actualmente raptada por los mercaderes que la gobiernan. Como creo que Europa debe volver a empezar, es ahí donde sitúo el interés por que sean los pueblos los que ocupen la centralidad de un proyecto al servicio de la gente. La UE de hoy agoniza. Hace falta otra unidad política y otra globalización.

Frente a una globalización en la que se sitúa la actual UE, opaca, antidemocrática, se ha de oponer la reacción de lo pequeño: la decisión a decidir y en su caso la independencia. No para separarnos de las buenas gentes de España, que son la mayoría, sino justamente para reencontrarnos desde el respeto y practicando una solidaridad libre y deseada.

Domingo, 21 de Octubre de 2012 Noticias de Gipuzkoa

Comunicado de prensa de AI
25 octubre 2012
http://www.amnesty.org/es/for-media/press-releases/advertencia-paises-ue-no-golpear-manifestantes-2012-10-25

Personas que se manifestaban pacíficamente en países de la Unión Europea han recibido golpes y patadas, han sido rociadas con gas lacrimógeno y han sido alcanzadas y heridas por proyectiles de goma; sin embargo, no se investiga ni castiga el uso excesivo de la fuerza por parte de la policía.
A través de relatos personales procedentes de Grecia, España y Rumania, el documento de Amnistía Internacional titulado Actuación policial en las manifestaciones en la Unión Europea pone al descubierto el uso excesivo de la fuerza contra manifestantes y periodistas, las detenciones arbitrarias y la obstrucción del acceso a la asistencia médica, y pide a los gobiernos que investiguen estas violaciones de derechos humanos e impidan su comisión.
“Sí, la policía es responsable de proteger la seguridad y el orden públicos. Pero también tiene la obligación de garantizar que todas las personas que residen en su territorio pueden ejercer el derecho de reunión pacífica”, ha señalado Fotis Filippou, coordinador regional de campañas de Amnistía Internacional para Europa y Asia Central.
“Los gobiernos deben dejar claro y reiterar que los agentes de policía no pueden recurrir a la fuerza si no es estrictamente necesario. Deben aprobar directrices estrictas sobre el uso de material antidisturbios potencialmente letal, como pulverizadores de pimienta y gas lacrimógeno, cañones de agua y balas de goma.”
“Ante la celebración de otras manifestaciones contra las medidas de austeridad aprobadas en países de la Unión Europea, los gobiernos deben dejar claro a sus fuerzas encargadas de hacer cumplir la ley que no se tolerarán los abusos, que todas las denuncias sobre brutalidad policial serán debidamente investigadas y que se obligará a los responsables a rendir cuentas.”
Ni Yiannis Kafkas en Atenas en mayo de 2011, ni Ángela Jaramillo en Madrid en agosto de 2011, ni Andrei Ristache y su padre, Augustin, en Bucarest en enero de 2012 representaban una amenaza para la policía u otras personas cuando fueron brutalmente golpeados por agentes de policía; todos ellos necesitaron tratamiento médico a causa de los golpes.
El periodista Manolis Kypreos sufrió pérdida total de audición en ambos oídos cuando, mientras cubría la información sobre una manifestación en Atenas en junio de 2011, la policía arrojó contra él una granada paralizante.
En agosto de 2012, la policía empleó gas lacrimógeno y, según informes, disparó balas de goma y otros proyectiles de impacto contra manifestantes pacíficos que se oponían a unas operaciones de extracción de oro en el norte de Grecia. Según la información disponible, el 21 de octubre de 2012, la policía antidisturbios cargó contra manifestantes de todas las edades que se habían concentrado pacíficamente en el exterior de la localización en la que se han previsto las extracciones auríferas. Conforme a los testimonios recibidos, la policía arrojó agentes químicos irritantes en el interior de los vehículos de los manifestantes cuando intentaban huir. Una mujer de 63 años de edad relató a Amnistía Internacional que un policía antidisturbios la sacó a rastras de su automóvil, la obligó a arrodillarse y la pisoteó con las botas el tobillo izquierdo ocasionándole la lesión de un nervio de la pierna.
Paloma, periodista que cubría una manifestación de mineros celebrada en Madrid en julio de 2012, fue alcanzada por una bala de goma cuando la policía intentó dispersar la protesta, en gran medida pacífica. El año anterior, un agente de policía la había golpeado con una porra durante una manifestación en Madrid contra el visita del Papa. Presentó denuncia, pero el caso fue archivado al no poder ser identificado el agresor.
El 9 de octubre de 2012, en una carta dirigida al ministro del Interior de España, Jorge Fernández, Amnistía Internacional planteó sus motivos de preocupación en relación con el uso de la fuerza y de equipamiento antidisturbios por parte de la policía, especialmente el día 25 de septiembre, cuando policías sin identificar golpearon con porras a manifestantes pacíficos, dispararon contra ellos balas de goma y amenazaron a periodistas que cubrían los hechos.
“La policía, que a menudo es el brazo más visible del Estado, tiene que caminar sobre la delgada línea que separa la protección del derecho a la libertad de reunión del mantenimiento del orden público. Puede conseguirlo si, en sus labores de control de las manifestaciones, respeta las normas internacionales y las directrices sobre buenas prácticas existentes”, ha afirmado Filippou.
En las manifestaciones, los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley…
DEBEN:

facilitar las reuniones públicas pacíficas evitando el uso de la fuerza y protegiendo a los participantes de individuos o grupos violentos más reducidos;
calmar situaciones tensas o violentas y entablar comunicación con organizadores y manifestantes antes de la operación y en su transcurso;
reducir al mínimo los daños, respetar y preservar la vida y proteger a las personas que no participen en la protesta;
no ejercer las facultades policiales de detener y poner bajo custodia si no es con fines legítimos;
usar la fuerza en la medida estrictamente necesaria, y sólo cuando el uso de medios pacíficos o menos violentos haya fracasado o no permita conseguir los objetivos legítimos;
considerar detenidamente el material policial y de seguridad utilizado para dispersar reuniones con arreglo a los principios de necesidad, proporcionalidad y legitimidad, ya que las balas de goma, el gas lacrimógeno, las granadas paralizantes y otros materiales que suelen considerarse “menos letales” pueden causar lesiones graves e incluso la muerte;
prestar asistencia médica sin demora a todas las personas que resulten heridas;
garantizar que los agentes son identificables, sobre todo en las operaciones de orden público;
examinar siempre el uso de la fuerza en una reunión pública y, si procede, investigar e imponer sanciones disciplinarias o penales.
NO DEBEN:

utilizar en ningún caso escopetas u otras armas de fuego para dispersar multitudes;
emplear porras u otros materiales de impacto contra personas que no representan una amenaza ni han demostrado agresividad;
usar sustancias químicas irritantes como gas lacrimógeno cuando los manifestantes están confinados en una zona, o de manera que puedan causar lesiones duraderas.
El documento completo en pdf aquí:

http://www.amnesty.org/es/library/asset/EUR01/022/2012/es/1ce3a468-55df-4e85-8200-7881076b5204/eur010222012es.pdf

Intentos dados en la historia reciente
y pasos a dar en el futuro

Sabino Ormazabal Elola

Los intentos por encontrar un camino de solución y/o encauzamiento de los conflictos históricos y más recientes que tenemos en la sociedad vasca han pasado por etapas diferentes (ver cuadro adjunto).  Al hablar en plural de conflictos se pretende constatar que no hay una única cuestión a resolver o encauzar, o dicho de otra manera, que  hay varios nudos que configuran más de un conflicto y consiguientemente no ha sido ni es sencillo atinar con los senderos que llevan al camino apropiado y conveniente de “llegada”.

Pongo entrecomillada “llegada”, porque si a lo anterior añadimos que a la meta que creemos definitiva se tardará en llegar y que cuando creamos que lo hemos hecho deberemos continuar caminando (“Y cuando creáis que habéis llegado, sabed encontrar nuevas sendas”, Itaca de Kavafis y Llach), tendremos que concluir que lo verdaderamente importante en esta vida es el propio camino que recorremos, la actuación y coherencia diarias (la paz es un proceso no una meta).

Siendo un deseo mayoritario el que podamos coexistir en nuestro pueblo con una pluralidad de pensamientos, la convivencia a reconstruir de forma colectiva deberá asentarse en una cultura basada en los derechos humanos universales. Una cultura que mire hacia delante pero que no olvide lo que ha pasado y por qué ha pasado.

Por el momento tenemos distintas formas de ver lo sucedido y de cómo abordarlo:

Cuatro formas de hacer relato

1. “Sólo hay unas víctimas”

Así lo dice la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) y así lo defienden diversas asociaciones, cargos políticos, editorialistas y tertulianos. Y se movilizan por ello.

Desde esta visión, suele exponerse que aquí no ha existido ni hay un conflicto,1 que todo ha empezado con ETA y el día que ETA desaparezca definitivamente se habrá solucionado todo. Pero a medida que las cotas de enquistamiento han ido aumentando, se ha imputado al conjunto del nacionalismo vasco de haber favorecido, alentado y justificado la violencia de motivación política. Incluso también se ha señalado al Partido Socialista en numerosas ocasiones.

Igualmente, cualquier iniciativa que hable de otro tipo de víctimas se ha querido acallar afirmando que ello favorece el que ETA pueda hablar de dos violencias simétricas. El GAL, por ejemplo, es “un error de mediados de los años ochenta”.2

Con ese punto de partida, el Gobierno vasco de Patxi López (PSE) ha sido acusado de crear una lista paralela de víctimas3. También el ministro del Interior del Gobierno del PP, Jorge Fernández Díaz, calificó el primer decreto vasco de víctimas de motivación política de “impresentable” al considerar que supone “equiparar a las víctimas”.4 Asimismo, el proyecto de Instituto de la Memoria, la Convivencia y los DDHH se aprobó en el Parlamento vasco con la oposición del PP y UPyD. “Sólo sirve para que ETA justifique sus crímenes”,5 diría el portavoz del PP.

De esta forma, se construye el relato según la autoría, según quiénes han sido los perpetradores, lo que lleva a una memoria parcial. Hasta el momento se ha legislado con ese planteamiento: Ley 32/1999, de 8 de octubre, de Solidaridad con las Víctimas del Terrorismo, ampliada en la Ley 29/2011, de 22 de septiembre, de Reconocimiento y Protección Integral a las Víctimas del Terrorismo. A ellas se han añadido la Ley Vasca 4/2008, de 19 de junio, de Reconocimiento y Reparación a las Víctimas del Terrorismo y la Ley Foral 9/2010 de Víctimas del Terrorismo.

2. Sí hay otras víctimas, pero…

A diferencia de lo legislado desde el Gobierno español, el Gobierno vasco se ha atrevido en los últimos tiempos a dar pasos en el camino de un reconocimiento más integrador. En este segundo relato se reconoce que hay otras víctimas, aunque se mantiene una escala jerárquica a la hora de legislar partiendo de quiénes han sido los perpetradores. Se recalca una y otra vez que no puede haber equiparaciones entre unas y otras víctimas, de ahí que se considere a las víctimas policiales como “Las otras víctimas”.

Existe un antecedente previo que se remonta a noviembre de 2000, que se denominó como “Ponencia Víctimas de la Violencia de la Comisión DDHH del País Vasco”. Pero no tuvo mucho recorrido porque en la misma no participaron PSE, PP ni UA.  Siete años después hubo un doble mandato parlamentario que desembocó en dos informes en junio de 2008.

Entre estos dos trabajos elaborados por la Dirección de Atención a las Víctimas del Terrorismo (DAVT) y por la Dirección de DDHH del Gobierno vasco, se pusieron encima de la mesa 770 nombres de personas a las que se vulneraron su derecho a la vida o a la integridad física y psíquica por parte de grupos de incontrolados, extrema derecha y GAL (66 personas muertas) y de las fuerzas de seguridad del Estado y grupos parapoliciales (109 personas muertas).

En los pasos siguientes, tras el cambio de gobierno vasco, los nombres de 2008 se guardaron en un cajón y en junio de 2012 fue aprobada  una iniciativa que no tiene rango de Ley: un primer decreto sobre víctimas de motivación política entre 1960 y 1978,  y se anunciaba un segundo decreto posterior a esa fecha.

El decreto aprobado iguala reparación a indemnización, olvidándose de desarrollar el acceso a la verdad. Asimismo, no señala victimarios, su ámbito se ciñe a la CAV, las víctimas tienen que probar secuelas físicas, ha retirado elementos como la tortura que sí se recogían en el primer borrador,  y no propone mecanismos de investigación activos e imparciales…

Se enfoca como “actuaciones indebidas”, “actos ilegítimos de la autoridad”, “abusos” o “excesos”… las vulneraciones llevadas a cabo por los agentes policiales, y de “olvido institucional” el papel del Estado. Falta por tanto un reconocimiento de la responsabilidad del Estado en la impunidad, en la no investigación y en el esclarecimiento de lo ocurrido en las versiones oficiales que han ocultado, respaldado, protegido o justificado evidentes casos de conculcación de DDHH.

3. Construir la propia memoria

En este tercer relato se defiende la existencia de un conflicto político que está en el origen del sufrimiento acumulado, que estamos en un pueblo que lucha por sus derechos políticos y democráticos, y que en esa lucha ha habido gente que se ha alzado en armas. Plantea que este conflicto terminará cuando se consiga un marco democrático inclusivo.

Se reconoce que el dolor y el sufrimiento están en todas las partes del mismo, pero se construye sólo la memoria de las personas represaliadas por la violencia estatal, para contrarrestar con ello la “forma unilateral de legislar durante años el dolor únicamente de unas víctimas”.

A las víctimas causadas por ETA se contraponen 10.000 personas que han denunciado haber sido torturadas desde 1960, 7.000 personas que han sido encarceladas, 50.000 personas detenidas y 474 personas muertas a consecuencia de la “represión del Estado”,6 sin distinción de cómo han sido los hechos acaecidos.

Esas cifras incluyen casuísticas muy diversas y se mezclan los mapas del sufrimiento y de la vulneración de DDHH, al no hacerse distinción entre lo que es violación de derechos y lo que son las consecuencias dolorosas de un enfrentamiento armado.

4. Construir desde los hechos, no por la autoría

Este cuarto relato se basa en los principios y normas del derecho internacional de los Derechos Humanos y del derecho internacional humanitario. De forma resumida, los ejes básicos7 en los que se basa son:

Se parte de los hechos acontecidos, no de quién los ha hecho, tenga uniforme o no.
A igual conculcación de derechos corresponde igual tratamiento y reconocimiento para todas las víctimas.
No hay lugar a la discriminación. Busca sacar la fotografía más completa posible de todas las partes, una memoria inclusiva en la que no falte nadie que haya sido víctima de vulneraciones de derechos humanos.
Los casos de sufrimiento que no son considerados estrictamente como conculcaciones de derechos humanos deben contar con un tratamiento aparte, pero deben ser abordados en un proceso de memoria y reconciliación.

Pasos deseables

Teóricamente, una de las cosas que une a los cuatro relatos es que todo lo que hay por hacer no se construya sobre el olvido sino buscando la verdad de lo sucedido, para que no se repita. Como dice Carlos Martin Beristain, “el dolor no puede repararse pero sí reconocerse”. Reconocer todo lo sucedido y el dolor de todas y todos.  Y este cometido debe hacerse cuanto antes. “Llevamos 40 años soportando esta carga. Hay que cerrarlo de una vez y bien”, en palabras de Josu Elespe, hijo de un concejal muerto en atentado de ETA (El Periódico, 03/03/2012).

Pero para cerrar “de una vez y bien” esta parte violenta de nuestra historia reciente, tenemos que hacer un esfuerzo por encontrar los elementos de acuerdo, y la labor no es fácil. Si concluimos que el conocimiento de la verdad nos une  -une a todos los relatos-, posibilitémoslo. En ese camino a recorrer, algunos aspectos a abordar podrían ser los siguientes:

Reconocimiento de todas las vulneraciones de derechos.
Investigación exhaustiva de los hechos. La carga de la prueba no puede recaer en las víctimas, por lo que la administración tiene que facilitar el acceso adecuado a la información y al proceso de reparación.
Reconocimiento de todas las víctimas a la verdad, justicia y reparación. No puede limitarse únicamente a los casos con secuelas o sentencias.
Los criterios de reparación deben sustentarse en el derecho internacional de los DDHH.
El proceso de reparación debe culminar en Ley, para evitar discriminaciones entre la diversa tipología de víctimas. Como no se ha empezado así, debe aprovecharse lo que hay para corregir la situación en cuanto sea posible.
Puesta en marcha de algún tipo de mecanismo de verdad, en base a los hechos sucedidos: facilitaría la consciencia de las conculcaciones, los atentados sin aclarar de toda índole; testimonios no relatados convenientemente, especialmente los de tortura; el paradero de las seis personas desaparecidas; los niveles reales de extorsión y amenazas…
Autocrítica sincera. Reconocimiento público del daño causado por todas las partes que han ejercido violencia política, incluida la implicación y la responsabilidad del Estado. Ello podría impedir que se repitieran nuevas violaciones.
Desarme definitivo de ETA.
Terminar con las leyes y normas excepcionales. Reforma legislativa en profundidad de la normativa penal y penitenciaria. Desaparición del Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria y de la Audiencia Nacional. Acabar con la dispersión y el aislamiento.
Poner fin a la tortura y derogar el régimen de incomunicación. Adopción de los mecanismos eficaces de prevención de la tortura.
Reforma de la Ley de Memoria Histórica 52/2007, de 26 de diciembre.
Que el Instituto de Memoria, Convivencia y DDHH que se proyecta tenga un componente más científico y de menos peso político, tal como se le da ahora (“Actúa en sus fines en el marco de las directrices y política general del Gobierno vasco y del Departamento al que se encuentre adscrito que ejercerá la dirección e inspección…”).
Elaborar una estrategia común de reconciliación social, política y de memoria que lleve a un reconocimiento mutuo y a la integración.
Pedagogía social. Que los medios de comunicación acompañen de forma positiva un proceso de convivencia. Que los cargos políticos e institucionales sean consecuentes con la reconstrucción del tejido social.

25 años de iniciativas y contexto en la historia reciente
1986
Contundente no vasco en el referéndum de la OTAN
Se crea Gesto por la Paz
Informe de la Comisión Internacional sobre la Violencia en el País Vasco, tras el Plan ZEN
Propuesta de Estado libre asociado a España
Graban cruces gamadas y siglas GAL a una veintena de personas

1987
Congreso internacional por la paz y el desarme en Gernika 37/87
Último atentado mortal del GAL
Acuerdo o Pacto de Madrid: rechazo a negociar con ETA problemas políticos
Primera carta bomba de ETA
1988
Nace Covite
ETA ofrece un alto el fuego de dos meses en tres ocasiones. Contactos
Pacto de Ajuria Enea o Acuerdo para la Normalización y Pacificación de Euskadi. Lo firman AP, CDS, EA, EE, PNV y PSE-PSOE
Plan Ardanza y Pacto de Navarra
1989
Se juntan Paz y Desarme, Gesto por la Paz y la Asociación por la Paz de Euskal Herria y surge la Coordinadora Gesto por la Paz de Euskal Herria
Conversaciones o Mesa de Argel. Dos meses de tregua bilateral
Comienza la dispersión de presas y presos vascos.
1992
Nace Elkarri
Se aprueba la autodeterminación en el Parlamento vasco
1993
Campaña del lazo azul ante el secuestro de Julio Iglesias Zamora por parte de ETA
1994
251.000 firmas de poyo a la iniciativa “Euskal Herria. Acuerdo 94” de Elkarri, por la resolución del conflicto vasco y abandono de la violencia
Tras un primer encuentro en Arantzazu entre nueve organismos sociales, se culmina con los Acuerdos de Maroño a favor del diálogo
Manifestación en Bilbao: “Distensión y diálogo, ahora es el momento”
1995
Primera Conferencia de Paz de Elkarri
Órgano Común Permanente, impulsado por PSN, CDN y EA
1996
Tregua de una semana de ETA
1997
Denuncia conjunta en Madrid de Gesto y Elkarri sobre la política de dispersión carcelaria
Foro de Ibaeta
Secuestro y muerte de Miguel Ángel Blanco. Manos blancas
1998
Nace Foro Ermua
Cierre de Egin
Declaración de Viernes Santo-Acuerdo de Stormont en Irlanda del Norte
Declaración de Lizarra-Garazi, firmado por Batzarre, EA, HB, IU, PNV, Partido Carlista, siete sindicatos y nueve organizaciones sociales
Tregua de ETA: 14 meses
1999
Reunión Gobierno español y ETA en Suiza
Ley de Solidaridad con las Víctimas del Terrorismo
Se crea Basta Ya!
2000
Documento de Zaramaga
Ponencia Víctimas de la Violencia. Comisión de DDHH Parlamento vasco
Propuesta del lehendakari Juan José Ibarretxe para la pacificación y la normalización
Acuerdo por las libertades y contra el terrorismo en Madrid
2001
Nueva propuesta de Ibarretxe
Declaración institucional de Udalbiltza
Atentado del 11-S en Nueva York
2002
I Jornadas de Noviolencia Activa
II Conferencia de Paz de Elkarri
“Preparar la paz”, carta pastoral de los obispos vascos
“Con mano izquierda”, propuesta de Gemma Zabaleta y Denis Itxaso
Propuesta de Ibarretxe de “libre asociación”
Ley de Partidos y posterior ilegalización de Batasuna
2003
El Gobierno de Aznar modifica el Código Penal para castigar con cárcel e inhabilitación el que un cargo público convoque elecciones o referendos sin la autorización de las Cortes
Cierre de Euskaldunon Egunkaria
Invasión de Irak tras la reunión del trío de las Azores: Bush, Blair y Aznar
2004
Encuentros de Egino o Mesa de Reflexión Plural, impulsada por Elkarri.
Atentado de Al Qaeda en cuatro trenes en Madrid el 11-M
ETA da aconocer el fin de sus acciones armadas en territorio catalán
Propuesta de Anoeta: “Orain herria. Orain bakea”
2005
III Conferencia de Paz de Elkarri
ETA anuncia el cese de sus acciones armadas contra los electos políticos
Pleno del Congreso español para acordar el inicio de un camino exploratorio y reuniones con ETA en Oslo y Ginebra
Dos manifestaciones en Madrid organizadas por la AVT y el PP contra la política antiterrorista del Gobierno de Zapatero
Primeros macrojuicios en la Audiencia Nacional
2006
Declaración de ETA de un alto el fuego permanente, nueve meses
Documento fundacional de Ahotsak
Nace Lokarri
Reuniones entre PSE, PNV y Batasuna
Quinta manifestación de la AVT contra el proceso abierto
El parlamento Europeo aprueba una moción de apoyo al proceso de paz
Bomba de ETA en la T-4 de Barajas. Dos muertos
2007
Conversaciones en Ginebra
Iniciativa del círculo de sillas en Donostia “Abramos camino a la paz”. Más adelante en Bilbao. Durará cinco años
Se crea el Foro de Asociaciones por los DDHH y por la paz del País Vasco
Manifestaciones de Gesto: “Es nuestro derecho, paz y libertad. ETA ez”
Ley de Memoria Histórica

Nace DEMAGUN Hausnarketarako Taldea
2008
Ley Vasca de Víctimas 4/2008
Informes de la DAVT y DDHH
I Conversaciones sobre la noviolencia, un camino para la transformación social y la paz en Donostia
Ley vasca de consulta a la ciudadanía vasca, declarada inconstitucional
Lokarri organiza una consulta popular en Gernika
2009
Detenciones, entre ellas la de Arnaldo Otegi
Atentado mortal contra dos guardias civiles
Propuesta de Altsasu
Se constituye Argituz
2010
II Conversaciones sobre noviolencia y transformación social en Iruñea
Ley Foral 9/2010 de Víctimas del Terrorismo
Declaración de Bruselas
Gendarme francés muerto por ETA
Grupo Internacional de Contacto (GIC)
Cese de acciones armadas ofensivas de ETA
Acuerdo de Gernika
Se crea Euskal Memoria Fundazioa
2011
Conferencia Internacional de Paz de Aiete
Alto el fuego permanente, general y verificable de ETA
Comisión Internacional de Verificación del alto al fuego (CIV)
El Parlamento vasco aprueba una proposición no de Ley 61/2011 sobre “víctimas de violaciones de derechos humanos y otros sufrimientos injustos producidos en un contexto de violencia de motivación política”
Gesto por la Paz invita a sus jornadas a víctimas de abusos policiales
Decálogo de Patxi López: “Unidad, Concordia y Convivencia”
2012
“Decreto 107/2012, de 12 de junio, de declaración y reparación de las víctimas de sufrimientos injustos como consecuencia de la vulneración de sus derechos humanos, producida entre los años 1960 y 1978”
Víctimas diferentes comparecen en Donostia para dar cuenta de una dinámica conjunta llevada a cabo desde 2007: la iniciativa Gleencree
El Tribunal Constitucional legaliza Sortu
Nace Egiari Sor
Proyección de “Parlen els ulls – Hablan los ojos” en el aniversario de Aiete.
Fuente: elaboración propia